El anillo que cambiaría por completo las narrativas en la NBA
¿Qué pasaría si cada estrella de la NBA lograse un anillo? ¿Cómo cambiaría su visión en el presente y en clave histórica de lograrlo? Es momento de analizarlo.
La cultura del anillo tiene más peso del que a muchos nos gustaría reconocer. La historia la escriben los campeones, o eso dicen, y en la NBA alcanzar el éxito significa unirse a un selecto club integrado por los principales nombres del pasado de la competición. Ganar no es sinónimo de trascender, pues hay múltiples maneras de alcanzar ese estadio. En el caso de las estrellas es condición de posibilidad para disfrutar de ese estatus y no formar parte de la eterna lista de leyendas sin anillo.
No obstante, hay veces, o mejor dicho, casos, en donde ostentar un título no es suficiente. Al menos, no lo bastante como para que las narrativas, conversaciones y ruido alrededor de un jugador en concreto se detengan. Nadie puede escapar de esta dinámica ni restarle la importancia que merece, por muy alto que esté en la pirámide social de la NBA.
Los Playoffs de 2024 están a la vuelta de la esquina y, con la venia de los Nuggets, dan la sensación de estar sumamente abiertos por ambos lados del cuadro. Eso se traduce en que podría darse, un año más, un campeón diferente al curso pasado. La igualdad y la imprevisibilidad se han instalado en la liga tras la implosión de la dinastía Warriors, dejando el trono de la NBA en disputa.
Rumbo a esa pelea por el campeonato quiero hacer un ejercicio diferente. ¿Cómo cambiaría la visión de ciertos jugadores en caso de que acabasen ganando el anillo este año? Es decir, ¿cambiarían tanto las narrativas alrededor suyo si sumasen un título más a su palmarés?
Para responder a estar pregunta he elegido a estrellas que ya han ganado y que están en una posición predominante en sus respectivos equipos y dentro de la zona Playoffs/Play-In.
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Giannis Antetokounmpo
Giannis está en un punto crítico de su carrera. Después de ganar “solo” el anillo de 2021 las dos temporadas que han venido después han sido un reflejo de lo complicado que resulta dar el siguiente paso para una estrella de su calibre. El griego juega en otra liga a nivel de impacto individual y trascendencia sobre la cancha, solo comparable al LeBron James de fase regular tras el campeonato de 2013. Pese a esto, ya sea por contexto colectivo, problemas físicos o limitaciones individuales, por el momento no ha podido trasladarlo a Playoffs de manera constante. La llegada de Damian Lillard debería cambiar ese escenario de cara a la lucha por el título y, en el caso de Giannis, acercarle más al éxito.
En caso de que los Bucks se proclamasen campeones en este 2024 la imagen que se tiene de Antetokounmpo cambiaría radicalmente. Lo logrado en 2021 dejaría de verse con cierto asterisco, reafirmando su posición como uno de los nombres de su generación sin atisbo de duda y justificando de paso todo lo sufrido en esta campaña.
Rumbo a cumplir los 30 años, si ganase este curso, el griego reforzaría su vínculo todavía más con la franquicia de los Bucks, rompiendo en cierta medida la dinámica de ring chaser que impera desde hace tiempo en la NBA. Una estrella fiel a su equipo que vuelve a ganar en un breve periodo de tiempo.
Y lo mejor, con mucho camino por delante para volver a repetirlo.
Nikola Jokic
Si con Giannis la clave sería su ascenso al Olimpo de la NBA, en caso de que Nikola Jokic volviera a liderar a los Nuggets a lo más alto la narrativa sería algo diferente. Desde que Golden State Warriors se proclamara campeón en 2018 por segundo año consecutivo, ninguna franquicia ha logrado repetir anillo. De hecho, los que más se han “acercado” han sido los propios californianos, ganando en 2022 tan solo cuatro temporadas después. Lo que define a este periodo histórico en la NBA es la falta de una fuerza hegemónica y dominadora, algo que ha sido consustancial al propio desarrollo de la competición y que no se ha dado en el último lustro.
Solo Nikola Jokic puede romper con esta tendencia. En sus manos está volver a repetir la gesta del año pasado y consagrarse como el mejor jugador sobre la faz de la tierra.
Tras lo visto de Denver en esta campaña cuesta pensar una opción más segura de cara a Playoffs que ellos. Un equipo sólido como el acero, consciente de sus puntos fuertes y que sabe cómo responder a todo tipo de situaciones. Un anillo de los Nuggets de Jokic les convertiría en dinastía, en un conjunto que marcó época y con una figura capaz de alargar ese dominio durante los años siguientes.
De conseguir el campeonato en este 2024 Jokic no solo se reafirmaría como candidato a suceder a Nowitzki como el mejor europeo en la NBA de todos los tiempos, estoy seguro también de que potenciaría un cambio en la manera que se construyen equipos y se observa a los hombres grandes.
Kawhi Leonard
¿Acaso no sería irónico que en el año donde se “elimina” el load management Kawhi Leonard ganase otro anillo? El alero viene firmando una temporada escandalosa, demostrando que esta sano (con pequeñas excepciones) y que puede dominar como nadie un partido en ambos costados del campo. Además, por primera vez desde 2019 tiene un base capaz de darle el balón donde es más efectivo y de restarle responsabilidades creativas que minan su impacto.
A estas alturas de su carrera Kawhi no tiene nada que demostrar. Con dos anillos en su palmarés, una historia de caída y épico regreso para después volver a casa le convierten en uno de los iconos de su generación. Pese a esto, como imagen de un proyecto faraónico, sí que creo que retirarse sin ganar un título más puede pesar un poco en su valoración histórica.
El éxito de los Clippers en esta campaña reafirmaría la visión de que el mejor camino al éxito es el marcado por Pat Riley. Si bien no existen atajos a lo más alto, sí se pueden acortar los plazos de crecimiento consiguiendo estrellas en su mejor momento individual. Los angelinos optaron por esta vía en 2019 y de lograrlo ahora, tras haber sumado a Harden, les colocarían como uno de los superequipos más exitosos de todos los tiempos. Y, de paso, poner a Kawhi Leonard al nivel de LeBron James con 3 anillos con 3 equipos diferentes.
Kevin Durant
Durant ostenta dos anillos que le colocan fuera de toda discusión sobre el legado. El problema con KD es que esos campeonatos tienen el estigma de haberlos conseguido de una manera, digamos, poco deportiva. La manera en que se logró esa cima desdibuja mucho el impacto y trascendencia que tuvo Durant en el equipo, restando valor a lo logrado, afectando tanto a Golden State como a la propia estrella. Curry se desquitó de ese sambenito en 2022, pero KD lleva desde que regresó a las canchas de su lesión tratando de hacerlo sin éxito.
Los Suns me llevan dando la sensación durante toda la temporada de que pueden dar la sorpresa en Playoffs. La mezcla de talento y la experiencia que aporta Vogel son un activo interesantísimo en comparación a otros aspirantes.
La carrera a lo más alto de Durant, de producirse en este 2024, haría olvidar lo acontecido en San Francisco. El éxito con los Suns sería propio y no obra de Devin Booker o Bradley Beal. En este caso, KD sería el factor que posibilitó el anillo y no quien les hizo imparables. La visión que se tendría de él seguiría siendo de ring chaser, aunque ya despojado por completo del mantra que le ha acompañado desde 2016.
En cierto modo, un campeonato de Phoenix liberaría a Durant de todo lastre, de cualquier peso o narrativa en negativo. En otras palabras, al fin KD podría ser valorado por lo hecho en pista y no por sus decisiones.
LeBron James
Seamos claros, LeBron James no necesita ganar un solo anillo más para mejorar su palmarés o ampliar su legado. La estrella de los Lakers juega en una categoría propia, aquella a la que solo nombres como Michael Jordan, Kareem Abdul-Jabbar y Bill Russell han ocupado. Es prácticamente imposible que pueda repetirse una carrera como la suya, tanto a nivel de impacto numérica, trascendencia en el juego y longevidad. Y todo eso acaba pesando en la balanza final.
Aunque pueda haber quedado enterrado en el tiempo, los Lakers ganaron hace apenas unos meses el In-Season Tournament, por lo que no sería del todo extraño que pudieran dar nuevamente la sorpresa en los Playoffs. LeBron y el equipo angelino lleva desde el deadline jugando a un muy buen nivel, con sus altos y bajos característicos, dicho sea de paso.
La carrera de LeBron es inigualable, dando la sensación por momentos de estar guionizada, casi con un destino escrito de antemano. El éxito del nativo de Akron en 2024 sería el culmen, el punto en el que una figura de su calibre ha de plantearse acabar en lo más alto, sin opción a réplica o a que ese sueño pueda terminarse.
En definitiva, un quinto anillo de James supondría su ascenso imparable a la cumbre más alta de la NBA.
Si bien Kareem y Russell ganaron más y Jordan dominó al máximo nivel mientras estuvo en activo, la durabilidad y posición en su contexto histórico de LeBron le harían merecedor de la consideración de mejor jugador de todos los tiempos. La NBA está en su punto de mayor nivel, de mayor complejidad, competitividad y constante mutabilidad. Ganar con casi 40 años como líder de un equipo no tiene parangón.
Stephen Curry
Partiendo de la base de que no existe un escenario realista en el que los Warriors ganen una sola ronda de Playoffs en este 2024 o tan siquiera que estén entre los 16 mejores equipos de la temporada, un campeonato de Stephen Curry trastocaría por completo buena parte de los presupuestos que se tienen de su figura y posición en la historia.
En las cuatro ocasiones que Curry ha ganado partía como uno de los principales favoritos. Incluso en 2022 el éxito de Golden State no fue tan inesperado como se hace creer. Siempre que los californianos campeonaron lo hicieron desde una posición predominante, nunca como underdogs. Muchos pueden creer ver en esto un punto negativo en la carrera de Steph cuando, en realidad, es una prueba de lo determinante que ha sido siempre y lo necesario que ha sido tener un contexto ganador para aprovecharle.
El hipotético éxito de los Warriors en esta campaña cambiaría por completo esta narrativa, colocando a Curry al mismo nivel que otras leyendas en su situación. Despejaría todo atisbo de duda sobre la centralidad de su figura como uno de los jugadores más determinantes de todos los tiempos.