La construcción de Jalen Williams, la tercera espada del proyecto de OKC Thunder

Mientras todas las miradas se centran en Shai Gilgeous-Alexander y Chet Holmgren, Jalen Williams está emergiendo como el tercero en discordia en la inhóspita Oklahoma City.

“Puede jugar en cualquier posición del campo. Es un jugador de baloncesto natural”. Con estas palabras Sam Presti valoraba a un Jalen Williams que se presentaba en el training camp de los Thunder en septiembre con un cambio físico más que evidente. De un año a otro había ganado 5 kilos, pasando de ser un escúalido guard a todo un portento. Ligero y veloz para atacar el aro, pero también resistente y fuerte para soportar las acometidas de los aleros rivales.

En Oklahoma todos estaban sorprendidos.

No era la primera vez que Williams acudía al primer día del curso como si se tratase de un jugador diferente. Más bien esa era la historia de su vida. En el paso de freshman a sophomore en el instituto pasó de medir apenas el 1,76 a rozar los 2 metros de estatura. Un crecimiento sin precedentes que, junto a su interminable envergadura, hizo de aquel chico uno de los nombres a seguir en el circuito de high school en Arizona.

“Parecía siempre incómodo”, recordaba su entrenador Paul Suber. “Era todo brazos y piernas”, añadió otro de sus técnicos, Sam Duane. “Los pies eran demasiado grandes para su cuerpo”, recordó Jason Ludwig, asistente en Santa Clara en 2022.

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