La escalera de Luka: Talento y visión en los Mavs de Doncic
Los Mavs siguen siendo un desastre pese a que Luka Doncic continúa demostrando que su talento escapa a la imaginación.
Luka Doncic es, probablemente, el mayor talento de la NBA.
Una máquina de producir puntos, alguien capaz de elevar el suelo de un grupo hasta límites insospechados y que de jugarse 50 en vez de 82 partidos por temporada seguramente ya habría pisado las Finales. Sin embargo, la razón sin efecto es como el café soluble, ni es agua ni es café. En esta complicada liga ser bueno no es garantía de nada. El contexto pesa más que el rendimiento individual, por muchos números y estadísticas descomunales que se alcancen. Atrapado en un remolino del que difícilmente puede escapar, el esloveno parece condenado a cargar con la losa que es el proyecto de los Mavericks como castigo.
El caso de Doncic es muy curioso. Su precoz éxito con la camiseta del Real Madrid, sumado a su veloz ascenso como estrella, han sido sucedidos por una irrelevancia competitiva en Dallas que corre el peligro de convertirse en su eterno acompañante. Casi como si su presente fuese una penitencia obligatoria por todo lo ganado al otro lado del charco.
He de reconocer que el esloveno es un jugador que me maravilla a todos los niveles. Tiene todo lo necesario para marcar una época, desde lo que tiene que ver con el juego a lo más abstracto, conformando una particular similitud que une lo mejor de Larry Bird y Magic Johnson. Doncic resulta tan bueno que hasta uno se olvida del desastre que son los Mavericks.
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